Asalto a Cheese Hill

En la tienda que el capitán Wayne usa como un improvisado cuartel general se puede cortar la tensión con un cuchillo. Corre el año 1943 y este curtido oficial se ha impuesto de forma voluntaria la obligación de demostrar a sus aliados australianos la eficacia americana a la hora de expulsar a los japoneses de Nueva Guinea; pero el asunto es el siguiente, el avance de sus tropas se ha visto frenado a los pies de una colina, una patrulla de exploración ha advertido de la presencia de una entrada a un túnel, toda la colina podría estar plagada de esos condenados nipones ¿estamos ante un gran complejo subterráneo? la lógica pide prudencia, pero el ansia de gloria ciega al capitán Wayne, dirigirá personalmente un pequeño destacamento para dinamitar la entrada al túnel, tomar puntos estratégicos en la colina y asegurar la zona. Un apestoso montículo lleno de agujeros no se interpondrá en la carrera de Wayne ¡HOMBRES! ¡VAMOS A TOMAR CHEESE HILL!

La entrada al túnel

Los soldados de Wayne se acercan, la moral es alta, saben que están apoyados por dos carros blindados, un observador de artillería está listo para desatar la furia de los cañones americanos y su teniente les ha asegurado que hay un francotirador infiltrado, además de un equipo con un bazooka en busca de tanques enemigos. Por el flanco derecho avanza un M3 con una escuadra dispuesta a tomar la entrada del túnel, apoyados por un tanque Stuart, por el centro una ametralladora toma posiciones, por la izquierda el capitán avanza en su transporte seguido de otra escuadra en otro semioruga. Todo está tranquilo, parece que no hay amarillos defendiendo la zona…demasiado tranquilo.

El teniente Oshida esboza una aviesa sonrisa. Los yankis se acercan despreocupados, no saben que sus tropas están a punto de descubrir que los japoneses están ocultos, listos para recibirlos.

Los primeros en comprobar que algo no va bien son los encargados de avanzar con la ametralladora, uno de los hombres mete el pie en una zanja oculta, por suerte para él no se atraviesa la pierna con una de las afiladas estacas que habían preparado como bienvenida.

Eso ha estado cerca…

Como si de una señal se tratase, se desata el infierno. Rifles japoneses empiezan a repartir plomo, una ametralladora comienza un duelo de ráfagas contra, la todavía nerviosa dotación de su homóloga americana. En respuesta, los transportes estadounidenses, avanzan pisando el acelerador, el observador de artillería ladra coordenadas…la batalla ha comenzado.

¡ADELANTE!¡SIGAN AVANZANDO!

Parece que lo van a conseguir, por la derecha el semioruga frena dejando bajar a una escuadra, que toma posiciones a la entrada del túnel, preparan las cargas de demolición, todo está listo, solo falta conectar el detonador y alejarse para volarlo. Pero un escalofriante grito hiela la sangre de los soldados ¡BANZAIIII!

Estuvieron cerca de conseguirlo…pero una despiadada carga acaba con el intento de cegar la entrada del túnel.

Por si fuera poco nuevos refuerzos japoneses llegan montados en un camión, es hora de sacar la artillería pesada, demostrar el poderío industrial. El equipo del bazooka apunta al camión, pero va demasiado rápido y fallan el tiro.

¡Maldita sea, te dije que apuntaras delante del camión!

¡Segundo intento, el Stuart apunta y…

¡BOOM!…pero ¿qué es ese ruido de motor?

Se ha cerrado la trampa, un tanque japonés ha ido avanzando por el flanco, pasando desapercibido y consigue colocarse en la trasera del tanque americano.

Esta la situación en estos momentos

La batalla está ahora en un delicado equilibrio, el Stuart parece condenado, pero un Sherman se une a la batalla para neutralizar al blindado japonés y expulsar a las tropas enemigas del túnel. En el flanco izquierdo las tropas han eliminado la resistencia que encontraron sufriendo pérdidas aceptables, la artillería empieza a descargar, pero antes de que el observador pueda dar correcciones, el teniente Oshida, corre y desenfunda su katana decidido a silenciarlo

Aunque es abatido por la Thompson del soldado, que se toma unos momentos para recuperar el aliento perdido por el susto y reflexionar sobre lo fácil que es perder la vida en el campo de batalla.

Más cosas ocurren en las cercanías de este flanco, un vehículo de reconocimiento armado con una ametralladora ligera hostiga al capitán y una escuadra cercana

Pero una ráfaga del calibre 50 acaba con su recorrido.

¿Cómo va la situación para los tanques japoneses? el comandante del Chi-Ha demuestra su experiencia, sobrepasa las maniobras de los dos tanques americanos, vuela con una certera descarga al Stuart, coge el flanco del Sherman ¡Dispara! ¡Acierta de lleno! las llamas de la explosión envuelven por un momento el carro, pero el duro blindaje ha demostrado ser una protección más que eficaz ¿Dejarán probar suerte una vez más?

El tanque nipón pisa a fondo, se coloca junto a las llameantes chatarras del Stuart, para aprovechar la protección, pero la audacia y la experiencia se dan de bruces contra un proyectil antitanque

Aquí acaba la hazaña de nuestros queridos tanquistas.

Pero es en este momento cuando se va a decidir el destino del capitán Wayne…

El destino avanza por los frutales

Creyendo que el avance hacia la colina significa progresar hacia su objetivo, no se percató de que realmente implicaba meterse de lleno en una trampa. Algunos de los hombres de Oshida, que quedaban no demasiado aturdidos por el bombardeo, rodearon el avance del capitán y sus hombres y acabaron de forma inmisericorde con su ambición. Una ambición que pagarían de forma injusta los hombres que arrastró de forma inconsciente a las bayonetas japonesas.

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